Ejercicios Lectura Crítica
Ejercicios Lectura Crítica
Uno de los escenarios donde empezó a codearse el vallenato con la música que escuchaba y bailaba
la burguesía –valses, mazurcas, canciones napolitanas– fue el de las colitas. Era este el nombre que
recibían las ‘colas’ o finales de fiesta de la clase adinerada: bodas, bautizos, cumpleaños, festejos
religiosos… Durante el sarao, mientras los señores se divertían con la música europea que interpretaba
una precaria orquesta provinciana, los trabajadores pasaban la fiesta en la cocina y los galpones
a punta de acordeón, guacharaca y caja. Despachada la orquesta, los de atrás eran invitados a
pasar adelante, y patrones y vaqueros se sentaban a tomar y cantar juntos. Se ha discutido acerca
del papel que cumplieron las colitas en esta historia. Algunos dicen que estos remates de fiesta fueron
el pabellón de maternidad del vallenato, pues combinaron ritmos europeos y nativos: entre ambos
dieron a luz los aires vallenatos. “Las colitas son el ancestro directo del vallenato moderno”,
afirma López Michelsen.
Pero parece más acertado pensar que las colitas no ayudaron a formar el género, sino a divulgarlo.
Para empezar, esta clase de fiestas improvisadas no se conocieron en toda la región, sino tan sólo
en la zona del Valle de Upar. En El Paso no hubo colitas. En muchos lugares del río tampoco. Y, por
otra parte, los historiadores indican que las colitas surgieron a comienzos del siglo XX, cuando ya
el vallenato había empezado a coger ritmo con el trío del instrumental clásico. En cambio, las piquerias
y retos sí constituyeron desde el principio uno de los más efectivos moldes de creación,
propagación y desarrollo del vallenato. La leyenda de Francisco el Hombre habla de su desafío con
el diablo, a quien únicamente logra derrotar cuando le canta el Credo al revés. Los grandes acordeoneros
viajaban durante días para acudir a piquerias, concertadas de antemano o a través de recados,
como lo atestigua ‘La gota fría’: “Acordate Moralitos de aquel día / que estuviste en
Urumita/y no quisiste hacer parada”.
Tomado de: Samper, D. y Tafur M. (1997). 100 años de vallenato. Bogotá: MTM Ediciones
- El autor introduce la cita de López Michelsen, con el fin de presentar la opinión de un conocedor del vallenato y
A. reforzar la tesis principal del texto, según la cual las colitas fueron divulgadoras del género.
B. señalar una posición discutible sobre el papel que desempeñaron las colitas en el origen
del género.
C. legitimar la tesis principal del texto, según la cual las colitas originaron el vallenato moderno.
D. convencer al lector de que las colitas fueron las únicas divulgadoras del vallenato moderno.
RTA: A: se mencionan las "colitas" donde no queda muy claro a donde van o que hicieron, por eso la cita de López Michelsen ayuda a reforzar lo dicho.
- El autor cita el verso de La gota fría para apoyar la idea de que los acordeoneros viajaban para asistir a diferentes piquerias, porque en este se hace referencia a
A. un acordeonero que cantaba colitas, llamado Lorenzo Morales.
B. Urumita, un pueblo famoso por la realización de colitas.
C. un acordeonero que se encontraba de paso por un pueblo.
D. Urumita, un pueblo al cual iban los acordeoneros
RTA: D: Se señala Urumita como un municipio a l cual iban o ya o lo conocían "No quisiste hacer parada" entonces si iban acordeoneros allí,
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